La Isla de los Faisanes
- disanti -
- 11 oct 2022
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 14 oct 2022
La Isla de los Faisanes, un enclave de características caprichosas y asociado a varios hitos históricos que merecen ser repasados

La primera curiosidad al respecto de esta pequeñísima isla situada en pleno río Bidasoa, a medio camino entre las orillas de Irún y Hendaya, es su condición de condominio. En efecto, la Isla de los Faisanes pertenece tanto a Francia como a España, pero de forma alternada. Durante medio año, uno de los dos países ‘posee’ y gestiona la isla, y seis meses después es entregada al otro país, que hace lo propio durante otro medio año.
El intercambio de poderes se celebra con una ceremonia discreta. “Simplemente se realiza un acto simbólico para hacer el relevo, el cambio de papeles.”, Antiguamente se daba un anacronismo muy curioso, los representantes adquirían el título de virreyes de la Isla”.
Para ser una isla que no pasa de apenas 3.000 metros cuadrados (aunque hace años su extensión era algo mayor), ha vivido varios episodios históricos de gran importancia.

El más importante tuvo lugar el 7 de noviembre de 1659, fecha en que fue escenario de la firma del conocido como Tratado de los Pirineos, que ponía punto final a la guerra entre España y Francia iniciada en 1635.
El Tratado de los Pirineos fue el resultado de largas y difíciles reuniones mantenidas entre el plenipotenciario español don Luis Méndez de Haro y Guzmán (Duque de Montoro y Marqués de Carpio, sobrino del Conde-Duque de Olivares) y el primer ministro francés, el astuto cardenal Mazarino. (que era la persona que realmente mandaba esos años en Francia, la primera potencia mundial para entonces).
Para tan importante ocasión, en el séquito francés se encontraba el célebre D’artagnan, acompañando a su monarca, Luis XIV. Por el lado español, entre los representantes también hubo uno de altura: en apoyo a Felipe IV, el islote tuvo el honor de recibir la visita del gran Velázquez, que fallecería apenas unos meses después.

No fue la única vez que las relaciones entre Francia y España se pusieron en escena sobre ese escenario. Los mismos protagonistas, Luis XIV y Felipe IV, acordaron y ratificaron en el pequeño islote el matrimonio del primero con la infanta de España, María Teresa de Austria. Solo había pasado un año desde la visita anterior. De la guerra se había pasado al matrimonio.
El cardenal Mazarino, tratando de asegurar la futura sucesión francesa al trono español, logró el matrimonio entre la infanta española María Teresa de Austria y Borbón (hija del rey Felipe IV e Isabel de Borbón) con el joven francés Luis XIV (hijo de Luis XIII y de la regente Ana de Austria y Austria).
El plenipotenciario español, don Luis de Haro, aceptando el matrimonio supo imponer importantes condiciones, la infanta María Teresa renunciaba a los derechos sucesorios sobre la corona española, recibiendo a cambio una dote de medio millón de escudos.
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