Tradición alfarera desarrollada en la parroquia de Bonxe (municipio de Outeiro de Rei), especialmente a partir de los siglos XVIII y XIX, perdida a lo largo del siglo XX y recuperada en 1975 por la familia Lombao. Los talleres primitivos eran de carácter familiar y el oficio, complementario al trabajo agrícola, se transmitía de padres a hijos a través de los varones. La mujer se dedicaba a transportar, pisar el barro y vender los objetos. El barro de la zona estaba compuesto por una mezcla de arcilla fibrosa de mayor plasticidad y arcilla que se unía con otra arcilla de menor arcilla. Los alfareros recibieron el nombre de la casa de donde procedían, tal es el caso de Euxenio das Casas Novas. Fabricaban objetos de todo tipo como, ollas y tazas; a todos estos objetos se han añadido en los últimos tiempos porrones, figuras y muñecos o carautas de carnaval.Antiguamente la casi totalidad de los vecinos de la parroquia de Bonxe vivían de este oficio, que comercializaban en ferias y mercados del país. Únicamente tres famílias se dedicaban a la agricultura y ganadería y eran considerados “los ricos” del lugar.