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Costa de Dexo

La Costa de Dexo ocupa un tramo costero comprendido entre los faros de Mera y el puerto de Lorbé del municipio de Oleiros (alrededor de 11 km de costa). Pertenece en su totalidad al municipio de Oleiros, con una extensión de 270 hectáreas y su rango altitudinal va de los cero a los 81 m sobre el nivel del mar.

Su dominio sobre el Golfo Ártabro lo convirtió en emplazamiento estratégico desde muy temprana edad ya que sirvió desde antaño como punto de vigilancia para la entrada de la Ría da Coruña y a la Ría do Burgo.

Desde aquí no se escapaba de la vista ninguna embarcación que quisiera llegar al interior. La importancia para la navegación de estas costas da fe el histórico faro de origen romano que se encuentra en la otra orilla, la Torre de Hércules. Como muestra de lugar de vigilancia se conserva el topónimo “Castelo”, mención clara a alguna garita o fortaleza antigua (s. XVII) que formaba parte de una red de baterías junto con San Antón y Santa Cruz. En la época moderna también fue utilizada para la instalación militar de unas baterías en la conocida como Costa do Dexo-Serantes y que fueron abandonadas después de la 2ª Guerra Mundial. Hoy se conserva un bunker, un galpón y un pequeño edificio abovedado.

El faro de Mera, en realidad son dos, son en realidad torres de enfilación construidas en 1917 y que tienen como objetivo orientar la navegación de los barcos a través de la combinación de sus luces. El Faro Pequeño está alineado con el Faro Grande, de tal modo que los barcos deben enfilar hacia el puerto siguiendo la luz de ambos en línea recta para evitar los escollos del fondo marino. Son visibles a una distancia de 8 millas.

Antes de llegar a Seixo Branco, hacemos un pequeño stop en esta preciosa cala, su extensión es de 25 metros por 25 metros de ancho.

Dicen que los ártabros que habitaban estas tierras pudieron utilizarlas como puertos naturales que aprovechan estas calas entre acantilados, manejables para determinadas embarcaciones. Se conservan los restos de los guindastes utilizados antaño para descargar la mercancía.  De frente está “A Marola”, islote del que se dice “Quien pasó A Marola, pasó la mar toda”.

¿Sabes por qué se llama Seixo Branco? Por las vetas de cuarzo blanco que se descuelgan hacia el mar como si fueran cascadas.

Hoy esta costa es accesible solo a través de sendas que hay que hacer caminando, es un espacio protegido integrado en la red Natura 2000 y Reserva de la Biosfera Mariñas Coruñesas e Terras do Mandeo.

No se permite la entrada a los coches, es una ruta peatonal o para hacer en bicicleta. El grado de dificultad es bajo, ya que no supone ningún riesgo ni peligro, pero es bastante larga. En uno de los salientes hay una gran veta de cuarzo blanco visible que serpentea el acantilado hacia el mar. Si seguimos caminando encontraremos las furnas.

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