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Caion

Arteixo es uno de los concellos limítrofes con el municipio de A Coruña. Aunque el sector industrial tiene gran peso en el municipio, todavía permanecen muchos lugares en los que impera el medio natural. Por supuesto, merece la pena conocerlos.

Tal vez el topónimo de Arteixo proceda de los ártabros, las tribus que habitaban la zona del Golfo Ártabro antes de la llegada de los romanos. O tal vez su origen sea otro, las teorías son diversas. Precisamente en el extremo oeste del golfo Ártabro se sitúa Arteixo.

Una senda azul es todo aquel sendero litoral que comienza, termina o transcurre por alguna playa que tenga bandera azul. En Galicia hay 9 sendas azules, y en toda España un total de 26.

Esta Senda Azul se prolonga durante 6,4 kilómetros y recorre el litoral de Arteixo, uniendo siete de las nueve playas de este ayuntamiento coruñés.

La senda comienza en la Playa de Sabón. El mayor aliciente de esta ruta es que, al transcurrir a lo largo de la costa nos permite contemplar unas vistas estupendas del mar y las playas mientras caminamos. También vamos encontrando varias zonas de descanso con bancos de madera en los que podemos disfrutar del paisaje. A un par de kilómetros del inicio nos topamos con el curioso Monumento al Mirón.

en la carretera entre Arteixo y A Laracha pueden verse letreros que indican que estamos en la Costa da Morte. Según estos letreros, la playa de Caión se ubicaría ya como parte del territorio. Las islas Sisargas podrían marcar una frontera marítima imaginaria a partir de la que la Costa da Morte comienza a merecerse el nombre debido a lo agitado de sus peligrosas aguas.

Es posible que el kilómetro cero podría ser el faro de las Sisargas, construido en 1853, se señala como el primero en los mapas de la ruta de la Costa da Morte, además de ser considerado uno de los más antiguos.

Para conocer la historia de Caión debemos remontarnos a la Edad Media, donde se fecha el origen de este pueblo costero, con los primeros asentamientos de personas que se dedicaban a la pesca. Fue a mediados del s. XVI cuando llegaron a la villa marineros vascos para la caza de la ballena, como recoge el Licenciado Molina en su “Descripción del Reyno de Galicia” en 1.550, donde ya documentaba la existencia del puerto ballenero de Caión.

La pesca o caza de la ballena era realizada por pescadores vascos y caioneses entre el s. XVI y principios del s. XVIII, centrándose en las ballenas vascas que llegaban a esta franja de mar, la denominada Eubalaena glacialis. Ballena franca glacial o ballena de los vascos es una especie de cetáceo misticeto de la familia Balaenidae. Habita por casi todo el Atlántico norte. Es una ballena barbada, una de las tres especies de ballenas francas, pertenecientes al género Eubalaena.

Las bonitas playas desperdigadas a lo largo de las costas de Caión son punto de encuentro turístico estival: las de Caracoleiro y Barrañán cuentan con condiciones favorables para la práctica del surf. Se encuentra también en las inmediaciones el espacio natural de Baldaio.

Este espacio natural de superficie protegida tiene una extensión aproximada de unas mil hectáreas. La playa de Razo – Baldaio, con sus cinco kilómetros y medio es uno de los arenales más extensos de la comunidad gallega.

Tierra y mar se mezclan en Razo-Baldaio para dar lugar a uno de los espacios naturales más interesantes y de mayor valor ecológico de Galicia. Si normalmente son los ríos lo que se adentran en el mar, en este caso es el mar el que se adentra en tierra y mezcla su sal con el agua dulce de los ríos de la comarca. Los caprichos de la geología han hecho que en este fragmento de costa tengamos una larga hilera de dunas, una laguna y los idílicos arenales de Razo, la playa de Baldaio y la de A Pedra do Sal. En semejante paraíso del agua no podían faltar aves de todo plumaje como cuervos, garzas, alcatraces, chorlitejos, charranes, etc. Aquí encuentran comida de sobra y, sin saberlo, contribuyen a la biodiversidad.

Malpica

Malpica es el mayor puerto pesquero de bajura de A Costa da Morte. Una villa marinera de gran tradición, con calles estrechas y entrelazadas y olor a mar.

La villa de Malpica destaca por su puerto, lugar ideal para observar la entrada y salida de los barcos, envueltos por el griterío de las gaviotas, y las subastas de la lonja… También se presta para entrar en alguna de las tascas o restaurantes a saborear pescado y marisco recién sacados del mar. En el siglo XVII era uno de los puertos balleneros más sobresalientes, sin embargo, hoy sus descargas se centran en el pescado de bajura y los mariscos.

Podrás sumergirte en el ambiente marinero, ver como las rederas reparan los aparejos y los marineros realizan las descargas de pescado y marisco. Existen numerosos miradores desde donde podrás gozar de excepcionales vistas del golfo Ártabro o las Islas Sisargas.

Cerca de la dársena, en la Casa del Pescador, es visita obligada el Museo Urbano Lugrís, donde encontrarás murales de este pintor surrealista de inspiración profundamente marinera. La flora y fauna marina, el paisaje y las leyendas del mar son la inspiración de la mayoría de sus obras malpicanas.

Resulta interesante, a la par que instructivo y muy curioso, hacer una visita a la lonja. El pescado más fresco y el marisco más sabroso pujado al modo tradicional. Una práctica que hoy en día sigue manteniéndose frente a los avances tecnológicos. Sin duda la puja más vistosa es la de las cinco de la tarde en la que los barcos del día descargan en la lonja una gran variedad de especies.

El puerto de Malpica tiene su origen en el siglo XVII como puerto ballenero. Hoy en día es uno de los puertos de pesca de bajura más importantes de Galicia. De el salen las tarrafas, embarcaciones de hasta 50 toneladas, dedicadas a la pesca del jurel y la sardina. Faenan de noche desde Laxe hasta Cariño con el arte de la tarrafa, red larga de 550*90 metros, con la que cercan los bancos de pescado. De este puerto también salen, desde la mañana hasta la tarde, los barcos del día, embarcaciones de menor tonelaje dedicadas la pesca de crustáceos, cefalópodos y pescado blanco, para lo que utilizan diversas artes: miños, nasas, betas o palangres.

Los barcos de Malpica descargan en este puerto, entre otros pescados: sardinas, jureles, rayas, melgachos, abadejos, lenguados, besugos, pulpos, centollas, nécoras y percebes.

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