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Noia 

Noia es en palabras de Otero Pedrayo, el insigne geógrafo y novelista gallego, la mejor villa ojival gallega, pero también es el lugar del mar calmado en un espacio de singular belleza al final de la ría de Muros y Noia. Según la leyenda, fue fundada por una nieta de Jafet, el hijo de Noé, tradición recogida en el escudo de la ciudad, en el que aparecen representados una barca, una paloma con una ramita de olivo y un arco iris, todos símbolos del patriarca cristiano.

Desde siempre se ha considerado que los descendientes de Noé y su hijo Jafet ocuparon una zona geográfica comprendida entre el mar Negro y la Península Ibérica. Transcurridos 84 años después del Diluvio Universal, Thúbal, nieto de Noé tiene una hija llamada Noela que a su vez se casa con su propio hermano Galo Gafeto. Ambos deciden fundar una pequeña población en nombre del Patriarca, conocida como "Noia", en la cual el mismo Noé plantaría las primeras viñas.

Alrededor de esta creencia popular nacería toda una tradición mitológica vinculando al Patriarca con la villa de Noia que se iría conservando con el paso de los años, siendo llevada a documentos oficiales y quedando incluso gravada en el escudo de la ciudad.

Su esplendor medieval, reflejado en los múltiples elementos patrimoniales llegados hasta nosotros, se explica por la gran importancia de su puerto y de su dependencia del señorío de Santiago hasta 1811. Consiguió su mayor apogeo gracias a los astilleros y al comercio de la sardina entre los siglos XIV y XVI.

Fue identificada durante mucho tiempo como el puerto de Santiago, junto con Padrón, y conocida como la pequeña Compostela. Posee un hermosísimo casco histórico repleto de construcciones góticas tanto civiles como religiosas que le confieren una fisonomía muy particular, a la que acompaña el aroma de las magnolias en primavera y el tipismo y enxebrismo de las casas pescadoras del área del curro. Hay que recorrerla sin prisa, admirando cada rincón y sorprendiéndonos a la vuelta de cada esquina con las joyas que alberga. Es un espacio muy vivo, con intensa actividad comercial, pero sobre todo es el reino de las tascas y del tapeo, el mejor lugar de Galicia, reconocido por todos, para tomar las empanadas de maíz con xoubas (sardinillas) y con berberechos.

Portosin

En el Siglo V con la Caída de Roma, Portus Sinum fue arrasada por los Suevos. La villa fue desmantelada y en los siglos siguientes imperó en el lugar la miseria. En el año 934 pasaría a depender de Santiago tras la donación de Ramiro II, pasando a pagar impuestos a esta conocidos como Quintas y más tarde los conocido como Tercias. En esa época existían en el Barbanza 24 Parroquias que pagaban impuestos.

Los piratas musulmanes se establecieron en la isla de la Creba y el monte Louro en 1115 para saquear la zona, hasta que fueron expulsados cuando el arzobispo Diego Gelmírez ordenó construir una escuadra.

La miseria perduró hasta que unos pocos frailes construyeron un pequeño cenobio al pie de un arroyo. A través de las sucesivas donaciones los frailes acabarían por hacerse con casi todas las tierras de Portus Sinum (Portosin) y la rebautizarían con el nombre de San Saturnino de Goyanes, nombre que aún conserva la parroquia.

Portosin es una localidad situada en la orilla occidental de la península de Barbanza, al sur de la ría de Muros y Noia, la más septentrional de las Rías Baixas. Esta en la parroquia de Goians.

Su relieve es accidentado y podemos encontrar alturas elevadas (dentro de la Sierra de Barbanza) muy cerca del mar como son las cimas de Iroite con 685 metros o el Alto de Barazal con 640 metros. Esta particularidad junto con el paisaje que conforman sus rías (Muros y Noia) y sus pequeños y caudalosos ríos modelan un paisaje de belleza extraordinaria.

La economía del municipio ha estado basada desde siempre en la agricultura y la pesca, aunque en la actualidad tiene un importante puerto pesquero y club náutico además de ser un importante foco de turismo dentro del municipio.

Pueblo típico marinero cuenta con una costa de más de 25 Km. de longitud, extendiéndose por parte de la ría de Muros y Noia donde podemos encontrar las playas de Boa, de Ornanda, las calas de Gafa, de Portosin y Coira, el arenal de Aguieira, las playas de Arnela, de Castro y Area Longa. Su clima templado y húmedo aumenta en temperatura según nos acercamos a la costa debido a la protección de los montes cercanos.

Portosín ve alterado su ritmo cada verano con la llegada masiva de turistas. La mayoría viene atraída por la tranquilidad de este pueblo y por sus playas; aunque los más jóvenes también llegan buscando el bullicio de sus fiestas y de la vida nocturna, pero lo cierto es que muchos acaban encantados con los atractivos de los alrededores como son el Castro de Baroña, el casco histórico de Muros o Corrubedo. Lo que menos gusta es el crecimiento urbanístico que experimentó esta localidad sonense en los últimos años, al considerar que es excesivo y está acabando con un pueblo marinero encantador.

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