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Cambados

En el s. IX, Cambados sufría los ataques de vikingos y normandos debido a su situación privilegiada en el centro de la comarca del Salnés, con una costa baja, arenosa y con aguas tranquilas, que reúnen unas excelentes cualidades para la navegación. Esta lucha de la población le valió para que en el año 1170 Fernando II, Rey de León, le concediese el título de “Muy Leal Villa” iniciándose entonces un período de esplendor, que queda reflejado en la multitud de pazos existentes en el municipio pertenecientes principalmente al s. XVII y al s. XVIII.

Las dimensiones, junto con los escudos que exhiben, además de las torres, solanas, capillas y jardines hacen de los pazos construcciones admirables. Como dice el refrán, "si tiene palomar, capilla y ciprés, pazo es".

En Cambados existían, por aquel entonces, tres hermosas villas: Fefiñáns, Cambados, y San Tomé do Mar. Esa separación se mantuvo hasta el s. XIX, en el que se unieron, dando origen al ayuntamiento de Cambados incluyendo en su territorio las parroquias de Corvillón al norte, Vilariño y Oubiña al este y Castrelo al sur, siendo su dimensión de 23,5 kilómetros cuadrados y su población actual de unos 14.000 habitantes.

Existen diversas hipótesis con relación al nombre de Cambados. Algunos historiadores le atribuyen raíces celtas en Cambra-Cune, otros se inclinan por la derivación de los vocablos Cam (lago) y Bados (casa) o que probablemente proceda de la palabra española “combado”, es decir, “curvado”, porque el pueblo se encuentra en posición curva.

Cambados fue declarado Bien de Interés Cultural en noviembre del 2001. La máxima categoría en cuanto a la protección de conjuntos históricos y reconocimiento patrimonial en nuestra comunidad autónoma. Durante el año, el municipio recibe gran cantidad de visitantes, gracias a su variada oferta turística y cultural, pero es en verano cuando ofrece más posibilidades de ocio coincidiendo con la celebración de festejos populares como la romería de San Benito, la marinera de la Virgen del Carmen o las gastronómicas del Albariño y la exaltación de la Vieira.

Cambados es un auténtico museo al aire libre esculpido en granito, que atesora uno de los conjuntos históricos mejor conservados de Galicia. Cambados nace de la fusión de tres villas históricas que mantienen su autenticidad: Fefiñáns, con un marcado carácter noble, Cambados con sus bellas plazas, calles y ruinas de Santa Mariña, y el carácter eminentemente marinero de San Tomé. Su unión hace de Cambados un lugar único en Galicia.

Plaza de Fefiñáns: La plaza de Fefiñáns está formada por el pazo de Fefiñáns, el arco-puente, la atalaya Torre del Homenaje, y por la iglesia de San Benito, siendo uno de los conjuntos arquitectónicos más bellos y admirados de Galicia. Antiguamente era conocida como la plaza del mercado, pues allí era donde se celebraba semanalmente.

El pazo, posee una clara influencia de la arquitectura renacentista italiana, patente sobre todo en la composición de sus fachadas.  Tiene forma de "L" con dos bellos balcones circulares de indiscutible belleza situados a ambos extremos del edificio. Dos grandes portalones de acceso, y sobre ellos, dos grandes escudos de linajes familiares, introducidos por D. Fernando de Valladares embellecen la fachada de la espectacular edificación.

Torre de San Sadurniño: El descubrimiento del sepulcro del Apóstol Santiago a principios del s. IX y el posterior levantamiento de la catedral, provocaron que surgiesen estas torres de vigía para defender la ría de Arousa y Compostela de los ataques de normandos y vikingos. Construida en la antiguamente conocida como isla de A Figueira, en tiempo del obispo compostelano Sisnando I, en la Alta Edad Media y reparada posteriormente por el arzobispo Gelmírez.

Por medio de hogueras se avisaba de la llegada de los piratas a la ría. La Torre de A Lanzada enviaba el aviso a la Torre de San Sadurniño que remitía la señal a la Torre de Cálogo en Vilanova de Arousa que a su vez lo hacía llegar a las Torres de Oeste en Catoira, poniendo en estado de alerta y defensa a toda la comarca y a Santiago de Compostela.

Esta torre representa los restos de lo que antiguamente fuera una fortaleza, que sería destruida por los rebeldes Irmandiños, y de nuevo reedificada por Gómez de Sotomayor hasta su abandono. Junto a ella había una capilla, de la que no quedan vestigios con las imágenes de San Tomé, que le dio nombre a la villa y San Sadurniño que le dio nombre a la torre, conservadas en la capilla de la Valvanera.

Esta defensa contra los ataques de los pueblos viquingos y sarraceños le valió a Cambados para ser nombrado "Muy Leal Villa" por el Rey Fernando II en el s. XII, iniciándose entonces un período de esplendor que queda reflejado en la multitud de pazos que existen en el municipio.

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