Porto do Son
El pequeño municipio de Porto do Son está situado en la parte sur de la Ría de Muros-Noia. Destaca por sus más de 25 kilómetros de costa salpicados de multitud de playas y el castro marítimo de Baroña son visitas obligadas. Porto do Son es un pueblo con gran sabor marinero.
Como en el resto de la zona del Barbanza, en el municipio de Porto do Son han aparecido innumerables restos de la cultura paleolítica. En la parroquia de Baroña han aparecido varias mámoas y en la cueva del Fonforrón útiles de la época. Además, aquí se encuentra el Castro de Baroña que, por su situación costera, es uno de los más bellos de Galicia.
Algunos estudios señalan que también la Vía Per Loca Marítima de los romanos recorría este municipio, siendo muy probable la existencia de un puerto romano, ya que se han descubierto algunos mosaicos testigo de su paso.
Como en toda esta costa, durante la Edad Media los piratas normandos arrasaron la zona varias veces.
Administrativamente, Porto do Son perteneció a la villa de Noia hasta que se independizó en 1812.
A principios del siglo XIX, las diez parroquias de Sonora dejaron de pertenecer a la antigua jurisdicción de la ciudad de Noia, formando un municipio propio con capital en Porto do Son. Esta pequeña localidad costera se desarrollará gracias principalmente a la pesca, destacando las capturas de merluza, lubina y sardina. La abundancia de estos últimos motivará el establecimiento de muchas fábricas de salazón, tanto aquí como en Portosín. El declive de estas industrias por la competencia de las conserveras en el primer tercio del siglo pasado coincidió con el éxodo masivo hacia América, y especialmente hacia la zona de Río Prato.
Esta emigración, y en particular de marineros a Trintxerpe, Cádiz y Huelva, como principales destinos, será intensa hasta el inicio de la Guerra Civil y tendrá una segunda fase a partir de la década de 1950. El progresivo declive de las actividades primarias, especialmente agrícolas, ha acelerado en los últimos tiempos. Hoy Porto do Son vive en gran parte en el sector de los servicios, centrándose en la valorización de su rico patrimonio cultural y natural como elemento de identidad y valor turístico.
Castro Baroña
Castro de Baroña, descubierto en 1933 y declarado Patrimonio Artístico Nacional, es uno de los ejemplos más importantes hallados en Galicia.
poblado que en la Edad del Hierro constituye un ejemplo sumamente representativo de "castro costero". Aunque el yacimiento estuvo ocupado desde inicios de la segunda Edad del Hierro hasta bien entrada la época romana, su apariencia actual tendría su origen en el cambio de Era (s I a.C. - s I d.C.), momento en el que el asentamiento vivió una expansión urbanística y demográfica.
En un entorno de belleza incomparable, el Castro de Baroña está situado en una pequeña península rocosa separada de la tierra por un itsmo de arena donde ya aparecen las primeras murallas defensivas. Más adelante, otra triple muralla antes de acceder al recinto. La otra zona del castro se encuentra defendida de forma natural por un gran acantilado rocoso.
Al entrar, se observa un poblado dividido en dos: la zona inferior que fue la que se pobló antes se encuentra separada por una pequeña muralla de la zona norte que tiene unas construcciones más grandes. Todas las viviendas son de tipo circular, sin puertas ni ventanas.
Además de la agricultura y ganadería, ejes principales de la cultura castreña, en el Castro de Baroña se sabe que la pesca jugaba un papel fundamental. Anzuelos y otras artes de faena encontrados, además de las conchas de moluscos y espinas que podemos ver acumuladas en una zona del Castro llamada Cuncheiro reflejan este hecho. También es posible que tuviesen algún tipo de embarcación, aunque no han aparecido restos. Separado de las viviendas, en la zona Norte disponían de un horno para fundir los metales, sobre todo, bronce.
Castro Baroña, Se estructura a partir de un complejo sistema defensivo, con una primera línea de foso y muralla que protege el istmo, seguida de otra que delimita los recintos habitacionales y alcanza características monumentales. Aquí se abre la entrada principal con la escalinata de acceso. En el interior, agrupados en tres plataformas, se encuentran más de treinta estructuras arquitectónicas que se adaptan a la accidentada topografía de la península y son de planta simple, de forma circular u ovalada. La mayoría serían viviendas, aunque algunas servirían como espacio para el desarrollo de actividades artesanales.