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Redondela

El arzobispo Gelmírez pasó por Redondela haciendo el Camino Portugués, del que fue uno de sus mayores impulsores, a la vuelta de un viaje al país vecino para traer consigo las reliquias de San Fructuoso, San Silvestre, San Cucufate y Santa Susana. En 1114 fijó su residencia temporalmente en Redondela, año en que consagró la iglesia de Santiago Apóstol

Redondela está presidida por dos viaductos del S.XIX que están considerados como BIC (bienes de interés cultural). Son el viaducto de Madrid, que actualmente se encuentra en desuso y el viaducto de Pontevedra, que aún hoy continúa operativo y circula por el transporte ferroviario. Debido a estas dos infraestructuras Redondela es conocida como la "Villa de los viaductos".

El Puente de Rande, del tipo atirantado, constituye una obra singular dentro de la Autopista del Atlántico y de la red de autopistas de España situado entre los municipios de Redondela y Moaña, mide 1558 metros de longitud y las columnas que lo sostienen tienen una altura de 148 metros. El proyecto empezó en el año 1974 y se abrió al tráfico en 1981. El resultado cambiaría la vida de mucha gente de Vigo y del Morrazo, evitando dar un rodeo de más de 50 km a través de la costa. La obra, con un coste de 3.658 millones de pesetas de la época, fue proyectada por el ingeniero italiano Fabrizio de Miranda, el español Florencio del Pozo y por Alfredo Passaro.

La isla de San Simón es una isla perteneciente al archipiélago de San Simón, junto a la de San Antón y otros islotes en la ría de Vigo. En la actualidad se encuentra deshabitada.

La isla preside la ensenada de San Simón, en el extremo interior de la ría de Vigo, que baña los municipios de Redondela, Sotomayor y Vilaboa. Está unida a la isla de San Antón por un puente. El conjunto de las dos islas mide 250 metros de ancho y 84 de largo. Además, existen otros dos pequeños islotes, San Bartolomé y San Norberto.

Entre los siglos XII y XIII estuvo habitada por los templarios y después por los franciscanos, la orden de los pascualinos de San Simón. Pero en 1370 esta orden religiosa sufre la excomulgación, viéndose obligada a abandonar la isla. Después de permanecer casi un siglo abandonada, la diócesis de Tuy, que hasta el momento tenía el control político de la isla, se la cede a Isabel la Católica, en un acto de bondad y agradecimiento por su fidelidad.

El conjunto de las dos islas está catalogado como Bien de Interés Cultural con categoría de sitio histórico desde 1999.

 

     La Batalla Naval de Rande

 

De todas, la más famosa es la Batalla de Rande ocurrida el 23 de octubre de 1702, y que dejó leyendas de tesoros ocultos en los más de 150 navíos hundidos en aguas de la Ría de Vigo. Esta batalla naval se libró en el entorno del Estrecho de Rande (dentro de la Ensenada de San Simón), donde actualmente se ubica el Puente de Rande. En ella las escuadras de la coalición e hispanofrancesa se defendió del ataque de las escuadras angloholandesas, dentro del contexto de la Guerra de Sucesión Española.

El almirante español Manuel Velasco Tejada había estado amontonando en sus galeones, anclados en el puerto azteca de Veracruz, oro, plata, pieles, cueros, plantas, animales exóticos, piezas de metales preciosos, joyas, alhajas y un sinfín de valiosos artículos expoliados durante ese tiempo a los pueblos indígenas, que pagaban tributo al rey de España.

En España, Felipe V, descendiente de los Borbones franceses, se coronaba como monarca español. La alianza calvinista, que agrupaba a Inglaterra, Holanda y Austria, y desconfiaba de una posible alianza entre España y Francia, aún no había dicho su última palabra.

Cuando los bajeles de los galeones de Velasco estaban rebosantes y apenas quedaba espacio para más, el almirante ordenó partir hacia España. Sin embargo, la presencia asfixiante de piratas y bucaneros en las rutas del Caribe, unida a la coronación de Felipe V como monarca español, hizo que una escuadra francesa, dirigida por el almirante Chateau-Renault, se encargase de despejar el camino hasta España.

Tras un descanso de cuatro días en las Azores y tras el inicio de las hostilidades con Inglaterra, muchas fueron las rencillas entre los almirantes Chateau-Renault y Velasco sobre el puerto al que arribar con el preciado cargamento.

La disquisición sobre qué puerto sería éste quedó zanjada por un hecho un tanto singular. A bordo del Santo Cristo de Maracaibo, uno de los galeones, viajaba con su mujer y sus hijos de vuelta a España, tras su virreinato de 5 años, José Sarmiento y Valladares, Conde de Moctezuma y Tula, que había sido delegado real en Nueva España. Natural de Redondela, enfatizó la apuesta por la Ría de Vigo, aduciendo su conocimiento de aquellas nobles gentes y el recibimiento que dispensarían a la flota y su escolta.

Y quien mejor que el propio Conde de Moctezuma y Tula para terminar de contarte este relato clave en la historia de la Ría de Vigo que terminó con la Batalla Naval de Rande, el 23 de octubre de 1702. Este personaje, clave en esta Batalla, relatará en primera persona cómo se sucedieron los acontecimientos y su desenlace, compartiendo con ustedes sus opiniones, sus pensamientos e incluso sus sentimientos.

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