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Vigo

Cuenta Julio Verne que el secreto mejor guardado del Capitán Nemo está en Vigo. ¿Sabías que aquí venía el submarino Nautilus a aprovisionarse de oro? En la ría de Vigo hay docenas de galeones hundidos cargados con el oro de las Américas. Tesoros que aún no han salido a la luz.

Vigo respira desde su Barrio Histórico, su carismática zona vieja: un pequeño pueblo en medio de una ciudad industrial y bulliciosa. Un proceso de rehabilitación, que todavía está en marcha, ha permitido devolver gradualmente la vida vecinal a este bellísimo barrio de vericuetos y calles que serpentean hacia el mar.

Te cuento. Hubo un tiempo en el que Vigo poseía un barrio marinero que rodeaba una playa pequeña.  En ella varaban sus “gamelas” los protagonistas esenciales de aquel paisaje, pintoresco porque estaba dotado de un tipismo que lo distinguía de los demás barrios de la ciudad.  El mar llegaba casi a la puerta de las viviendas, pero nadie, ni siquiera los niños, tenían miedo. El mar siempre dejaba su espuma en la arena, sin atreverse, siquiera, a llamar a la puerta.

Sin embargo, la modernidad trajo el cemento y tapó la ría para que esas señoras acostumbradas a la espera, que olían a sal como sus hombres, ni siquiera pudiesen contemplar como regresaban los barcos ya motorizados. Aunque quizá fuese mejor así… porque hubo algunos que nunca volvieron.

Casi la mitad de todas las embarcaciones gallegas descargan sus mareas en el que está considerado el primer puerto pesquero del mundo, el Berbés, en Vigo. De aquella playa de chalanas varadas bajo los soportales no queda nada más que el recuerdo romántico. Ahora sus dársenas protegen a todo tipo de buques grandes, medianos y pequeños. En su gran lonja se subasta el más sabroso pescado y marisco. De sus almacenes sale cada madrugada la mayor flota de camiones congeladores. Y su influencia económica es tan importante en Galicia que temblarían los cimientos del País si el Berbés pusiera fin a sus actividades.

Los mariñeros del Berbés, son los que llenan de humanidad este puerto de barcos multicolores y los auténticos protagonistas del cine de la vida; aquí, en el mayor puerto pesquero del planeta. Una buena parte de nuestro futuro está en sus redes.

Además, el Berbés es, sin duda, mucho más que un puerto, una lonja o un barrio marinero. Para los que nos gusta comer pescado, es la despensa mejor y más grande del mundo.

Desde la impresionante y siempre animada Plaza da Constitución -en cuyos soportales se vendía de todo hace dos siglos-, hasta la ribera del Berbés, el Mercado de A Pedra o la Plaza da Pescadería, donde probar las famosas ostras, el barrio popularmente conocido como casco vello merece más de un paseo.

Las ostras son la perla gastronómica de la ría de Vigo. Se cultivan en Arcade y cada mañana llegan directas de las bateas a la Calle Pescadería, esa a la que todo Vigo llama la Calle de las Ostras. Se cultivan desde la época de los romanos y actualmente hay cuatro ostreras vendiéndolas cada día en el barrio histórico.

A principios del siglo XX, con la caída de las murallas de la ciudad, y gracias a la ampliación del puerto, nace el Mercado de la Piedra.

La ría de Vigo es el mayor tesoro de la ciudad. Su origen, su motor, su pasado y futuro. Éste es nuestro paraíso natural: el mar de Vigo, con sus aguas calmas y una riqueza marina sin igual. En ella, flotan alineadas las tradicionales bateas, en las que se cría el auténtico mejillón de la ría de Vigo.

En cada batea pueden criarse hasta 200 toneladas de mejillones, un producto con Denominación de Origen que tarda unos 18 meses en ser apto para el consumo. Es uno de los productos estrella de la ría de Vigo, y en general de Galicia, donde se producen más de 220.000 toneladas al año. Lo más típico es comerlos al vapor, aunque en Vigo se preparan de decenas de formas diferentes.

Porque, además de bella, la ría de Vigo es la de mayor calado de Galicia, lo que la ha convertido en uno de los principales puertos de Europa y en capital de la pesca.

Vigo es la ciudad de la pesca en Galicia. La actividad pesquera genera en Vigo, solo a través del puerto, 6.000 empleos directos, y las 357 empresas pesqueras de la ciudad facturan más de 3.000 millones de euros al año. Aquí es donde se descarga más pescado fresco de toda Europa. Vigo es, además, una de las pocas ciudades donde podrás vivir de cerca todo el proceso de la pesca y sus productos: desde los astilleros, donde se construyen los grandes barcos, a la descarga, en la impresionante Lonja de Vigo, un enorme edificio que cobra vida mientras el resto de la ciudad duerme, de madrugada.

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