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Catoira

Catoira se encuentra a 37 kilómetros de Santiago de Compostela, en el lugar donde se unen la desembocadura del río Ulla y la Ría de Arousa. Gracias a esta situación privilegiada, disfruta de temperaturas suaves casi todo el año. Su entorno natural es uno sus principales atractivos. Tiene un paisaje, formado por bosques espesos, marismas y playas fluviales, donde la figura de los molinos de viento resulta habitual, ya que Catoira es el único municipio de Galicia que posee ejemplos de los tres tipos de molino tradicionales.

Sin embargo, el símbolo emblemático de esta localidad ha sido, desde siempre, las Torres del Oeste: el conjunto fortificado ideado en el siglo IX, que estaba integrado en el sistema defensivo de Santiago de Compostela y que, durante siglos, resistió los ataques de los ejércitos normandos y los piratas sarracenos. Esta parte de la historia de Catoira se rememora cada primer domingo de agosto con la celebración de la Romería Vikinga, una singular fiesta declarada de Interés Turístico Internacional en la que se recrea los ataques vikingos. Originalmente la fortaleza estaba compuesta por siete torres, aunque en la actualidad sólo quedan los restos de dos. Entre ellas se sitúa la ermita dedicada al apóstol Santiago, cuyo cuerpo, según cuenta la leyenda, pasó por este lugar camino de Santiago de Compostela.

El emplazamiento elegido fue en la desembocadura del río Ulla. Durante siglos esta fortaleza contuvo todas las incursiones que venían del mar con el fin de atacar la ciudad de Santiago de Compostela.

En la actualidad se conservan dos de las siete torres que tenía la fortaleza, que forman uno de los conjuntos arqueológicos e históricos más importantes de Galicia. Estas dos torres que quedan en pie pertenecen al S IX. También de esa época es la Cruz de la Victoria, encontrado en las ruinas y conservado en el Museo de Pontevedra. En el S XI, Alfonso V reconstruyó la fortaleza. A principios del Siglo XIII, la monarquía cedió las torres a la Mitra Compostelana que las siguió fortificando. A partir del Siglo XVI, el valor estratégico de estas torres va decayendo, lo que se traduce en un abandono que llega hasta nuestros días.

Vilagarcia de Arousa

Carril se fundó en el año 1500 como villa, en 1512 ya tenía puerto. Carril fue uno de los puertos más importantes de Galicia hacia 1750. Ya en 1814 fue autorizado para embarque y desembarque con América. Era una villa importante, tenía hospital y escuela náutica.

Carril estaba vinculada a Santiago de Compostela, los burgueses de Santiago hicieron en 1801 una aduana de segunda clase. Entre los años 1840 y 1850 Carril tenía una población de 2.170 habitantes aproximadamente, estos estaban en unas 250 casas que había en la villa, y en la Isla de Cortegada.

El 15 de septiembre del año 1873 se inaugura el tramo de ferrocarril entre Conjo (actualmente anexionado al ayuntamiento de Santiago de Compostela) y Carril, siendo el primer tramo ferroviario de Galicia.​

En 1888 con la ampliación del puerto de Villagarcía se trasvasaron la Aduana, las Casas Consignatarias, etc. Los problemas que tenía Carril le fueron llevando a deudas y otros problemas que acabaron con la anexión de Carril, Vilaxoán y Villagarcía en 1913. Entre la Illa de Cortegada y Carril está el llamado Canal dos Viveiros (Canal de los Viveros), que es un arenal donde desde muy antiguo los vecinos han cultivado diferentes tipos de moluscos, siendo el más conocido la famosa ameixa (almeja) de Carril. Resulta muy interesante y bonito realizar un recorrido a pie desde Villagarcía hasta Carril, un paseo bordeando el mar, y además si coincide en un día laboral de marisqueo se podrá contemplar el trabajo de las mariscadoras a pie de la playa. También es el lugar ideal para disfrutar de impresionantes atardeceres, en donde el sol se va ocultando detrás de la isla de Cortegada iluminando de una forma muy especial los parques de cultivo, una imagen para el recuerdo. En Carril es posible acercarse a la lonja y ver como las mariscadoras van dejando el producto para la subasta que se lleva a cabo al atardecer, sus callejuelas estrechas invitan al paseo y recorrido de la villa en donde disfrutar de momentos llenos de tranquilidad.

En 1458 el arzobispo García-Caamaño fundó el burgo marinero de Villa de García; con el paso de los años, Vilagarcía se convirtió en un centro comercial muy pujante, siempre en competencia con la vecina Villa de Carril, cuyo puerto era considerado uno de los mejores de Galicia. Sin embargo, los mercados francos que se celebraban en Vilagarcía desde el año 1744, convocaban cada vez más personas que llegaban desde diferentes puntos de la ría de Arousa. El impulso definitivo llegó en 1860 con la construcción de la línea de ferrocarril para unir Santiago de Compostela con la Ría de Arosa, dando a Vilagarcía una sensible ventaja sobre Carril.

La actual Villagarcía de Arousa nació el 1 de marzo de 1913, cuando se unieron los ayuntamientos de Carril, Vilaxoán y Vilagarcía.

Vilagarcía tiene hoy una intensa actividad económica basada en el comercio marítimo y en la actividad ferial y de congresos ya que es sede de FEXDEGA, uno de los predios feriales más grandes de Galicia. Es también un importante polo turístico que espera a sus visitantes con una numerosa oferta de ocio y actividades.

Sus playas de A Concha y Compostela son seguras, cómodas, amplias y limpias y están destacadas con la bandera azul de la Comunidad Europea. El casco urbano, articulado entre las comunas de Carril y Vilaxoán, cuenta con numerosos parques y jardines que invitan al relax; por su parte, el paseo marítimo es el lugar ideal para pasear a pie o en bicicleta o tal vez contemplar la actividad del puerto desde uno de los numerosos bares y restaurantes allí ubicados.

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