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Combarro

Combarro constituye hoy en día un inigualable ejemplo de arquitectura popular gallega y es considerado uno de los pueblos mejor conservados de Galicia, singular agrupamiento urbano, tan singular que fue declarado en 1972 Conjunto de interés artístico y pintoresco debido a su excepcional encanto. Es como si entraras en un pueblo mágico, genuino de la arquitectura popular gallega. Pueblo marinero en el cual parece que no han pasado los años, uno de los núcleos pesqueros más hermosos de la costa gallega.

Su casco viejo fue construido adaptándose al modo de vida de sus pobladores: marineros y agrícolas. El viajero puede contemplar como sus más de 30 hórreos se alinean sobre la base granítica que da forma a la costa y llegan hasta la orilla del mar. Es en la muralla que rodea el casco histórico donde se incrustan estos graneros de maíz, en Combarro además dada su singular mezcla de actividad agrícola y marinera se utilizan como secadero de boquerones, sardinas y otros pescados típicos de la Ría, de ahí la peculiaridad de estos hórreos construidos al borde del mar, a diferencia de los típicos hórreos gallegos construidos para guardar las cosechas de los agricultores.

El agrupamiento de estos hórreos y de las casas tiene una sencilla explicación: las casas se construyeron sobre las rocas graníticas para aprovechar al máximo las tierras fértiles. Como el espacio rocoso es escaso y las viviendas de reducido tamaño, se produce un gran apiñamiento de las casitas de piedra.

Es por todo esto que todo el pueblo de Combarro es considerado uno de los “cascos vellos” más interesantes de Galicia y que merece la pena visitar.

Su denominación de Combarro viene de comb-, que significa hondonada, valle o, sobre todo, flexión de la costa, pues el pueblo se sitúa sobre una base granítica con forma de media luna, "combadas" en los extremos por las playas del Padrón y la hoy desaparecida playa de Chousa.

El hórreo es una de las máximas expresiones de la arquitectura popular. Su altura impide el paso de los ratones o la humedad que se genera en una zona tan lluviosa. A través de las rendijas entra la aireación que necesita el grano de maíz. En la actualidad algunos dueños los utilizan como vulgar trastero o incluso están en desuso.

Otro elemento típico de Galicia que se puede ver en esta villa son los cruceiros. Tienen profunda carga simbólica: sirven para proteger de la Santa Compaña, la procesión de las almas en pena que se cree que aparece en las oscuras noches gallegas. En Combarro se distribuyen 6 de estas vistosas esculturas realizadas a partir de 1727.

Aparte de la arquitectura, también se pueden contemplar escenas marineras que se desarrollan en el puerto y en la playa. Es habitual que las mujeres marisqueen con la marea baja, se arreglen las redes de pesca o se produzcan entradas y salidas de pequeñas barquitas en el muelle.

El turismo ha trasformado en parte este tranquilo pueblo marinero. Algunas de las viejas casas se han reconvertido en bares o restaurantes. Allí, junto a un hórreo centenario, podrás comer el marisco más fresco que puedas imaginar. Sin duda, lo saborearás mejor en estas terrazas con vistas al mar.

Y tras recorrer todos los rincones de este bello pueblo, lo habitual es visitar el cercano monasterio de Poio, a unos 3 kilómetros de Combarro. El templo reúne todas las características del barroco gallego, con abundante filigrana ornamental, tanto en las fachadas como en los altares. En el interior se esconde un claustro, con arcos redondos y un pequeño jardín donde se asienta la fuente barroca. En el exterior del templo se conserva un gran hórreo de varios metros de largo que simboliza el poderío de los antiguos dueños de las tierras. Sin embargo, lo más singular de este monasterio es el monumental mosaico del camino de Santiago, realizado con miles de pequeñas piedras durante más de 70 años. Esta obra representa las tradiciones de la ruta Xacobea, así como los monumentos de las ciudades donde discurre esta ruta histórica.

Siguiendo la carretera de la costa PO-308 puedes disfrutar de magníficas panorámicas sobre la Ría, destacamos la del Mirador de Raxó, que sobre lo alto de esta típica villa marinera ofrece la visión del pueblo, y la ría con la Isla de Tambo con Marín y Pontevedra al fondo, además recogidas calas salpican el recorrido.

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