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Muxia

Muxía es una villa marinera por excelencia; la mayor parte de sus casas están construidas sobre el tómbolo de arena que se formó entre la península que alcanza su punto más alto en el Monte Corpiño (67 m.), verdadera mole granítica situada al norte de la villa, y el Monte Enfesto en la parte sur.
Resulta difícil, por la ausencia de documentación y vestigios históricos, saber cómo y cuándo se fundó la villa de Muxía. Su origen está seguramente vinculado a estos tres factores: El Monasterio de San Xiao de Moraime, que ejerció una gran influencia durante toda la Edad Media sobre las tierras de sus alrededores; el Santuario de la Virxe da Barca - la historia de este santuario transcurre pareja a la historia de Muxía -, y por último el Conde de Altamira, de quien uno de sus hombres más próximos, el Capitán Fernán Álvarez de Carantoña, poseía un palacio en la villa situado en el lugar de la Pena do Pazo.
A principios del S.XIX sobresalía ya la importancia pesquera de Muxía, destacando sobre todo las capturas de sardina y congrio; a mediados del siglo, la villa ya cumplía la función comercial y de servicios con respecto al resto del municipio, comenzado a sobresalir también de manera importante el arte del encaje.
A principios del S.XX Muxía era una villa marinera que contaba con algo más de mil habitantes. La playa era el lugar de atraque de las pequeñas embarcaciones que se movían a remo o a vela, mientras que la Plaza de la Constitución era el centro de la villa donde se celebraba el mercado.
La primera vía de comunicación con la que contó Muxía fue la carretera Muxía-Berdoias, que le permitía comunicarse con la capital de la provincia a través de los primeros transportes de motor aparecidos en los años veinte. Y es también a finales de esta década cuando llega a la villa la luz eléctrica.
Los años de la Guerra Civil y de la Posguerra fueron difíciles tanto para el progreso cultural como para el económico, siendo a partir de los años 50 cuando comienza a desaparecer esta miseria debido a la cotización del pescado. La verdadera explosión económica de la villa se produjo con el descubrimiento del caladero “Canto”, haciendo cambiar el aspecto de la villa por completo principalmente durante la década de los 70 (renovación completa de la flota pesquera, construcción de nuevas casas con materiales de ladrillo y cemento, etc.), aunque hoy en día la importancia del sector no es tan alta debido a la reducción del número de capturas y de especies. En la actualidad Muxía es una villa marinera que actúa de centro comercial y de servicios de todo su término municipal dándole un cierto dinamismo, convirtiéndola en un centro de atracción para los habitantes del medio rural de todo el municipio. 

Han pasado 17 años para ver convertida en realidad la gran promesa para la Costa da Morte tras el desastre ecológico del Prestige. El Parador Costa da Morte, en Lourido (Muxía), abrió sus puertas el pasado 25 de junio de 2020, sumando a todas las vicisitudes anteriores la declaración de un estado de alarma a causa del covid-19.

El parador guarda el alma de la Costa da Morte. Es un homenaje a la tierra que lo impregna todo: las 63 habitaciones en plantas con nombres de rías y vistas al Atlántico; la decoración; el diseño; la gastronomía... Alfonso Penela diseñó este complejo en terrazas sobre la ladera del monte. De algo triste aquel noviembre del 2002 nació «algo feliz», dice Castro. Feliz para los vecinos de la comarca, porque él está convencido de que impulsará el destino en próximos años; feliz para los trabajadores, que llegaron a ser 55 en temporada alta; y feliz para los clientes: muchos descubrieron por vez primera esta comarca única. «O boca a boca está funcionando», apunta. Ahora capean el temporal del covid-19.

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