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San Vicente do Mar

San Vicente do Mar se encuentra el Puerto Deportivo de Pedras Negras, que se haya en el extremo sudoeste de la península de O Grove, un lugar natural privilegiado por su situación entre las Rías de Arousa y de Pontevedra. Desde él se puede acceder fácilmente al Parque Nacional de las Islas Atlánticas, especialmente al archipiélago de las Ons y a las Islas de Sálvora y Vionta. El puerto es además el punto de salida de la Ruta de la Traslatio, que rememora el traslado de los restos del Apóstol Santiago a través de la Ría de Arosa.

El sendero marítimo que nace de San Vicente do Mar es una vía de escape onírica en la que sólo cabe el sonido de las olas y el aleteo incesante de gaviotas y cormoranes.

Un paseo marítimo de recorrido imprescindible recorre un buen tramo de costa desde el puerto deportivo hasta una zona militar. Aquí las playas son rocosas y de gran belleza. Merece la pena hacer una excursión hasta la playa de Barreiro, de una belleza salvaje espectacular.

Las vistas desde ese mismo instante ya justifican la excursión. Una playa de arena blanca y agua turquesa contrasta con el gris de las rocas que dominan un paisaje ciertamente abrupto. Así será durante los más de 2 kilómetros en los que se extiende un sendero de madera que convierte en accesible un paseo que hasta hace no tanto era mucho más complicado.

Siempre he tenido la impresión de que la caminata de San Vicente do Mar (Pedras Negras – Con Negro) tiene su mejor sabor precisamente ante la ausencia de sol. Aunque el lugar es hermoso en cualquiera de las condiciones meteorológicas que se presenten, hay que reconocerle a los nubarrones su evidente e insustituible aportación al paisaje. Dicen que entre el blanco y el negro está el gris. Pero cuando se advierte este rinconcito de las costas gallegas uno se da cuenta de que existen más tipos de grises de los que uno sería capaz imaginar.

La pasarela de madera serpentea con el mayor de los sigilos entre playas y rocas que dibujan curiosas formas.

Playa Abelleira o Playa Canelas son algunos de los nombres que surgen por el camino. El resto, calas escondidas y anónimas donde la claridad de los primeros metros nos lleva a pensar en Caribe. Entre medias surgen algunas posibilidades para tapear o refrescar la garganta, como el Restaurante El Pirata con una fantástica terracita con vistas y el Náutico de San Vicente, es un local en el que cada año se dan cita conciertos intimistas de algunas de las bandas más destacadas del panorama nacional. Es más que conciertos. El Náutico es también un punto de encuentro para artistas, de canciones compartidas, de interacción entre músicos, de colaboraciones. Una cita ineludible cada verano.

Y es que, gracias al amor por la música de su dueño, el Náutico, al lado de la playa, se ha hecho un hueco en muchos de nuestros corazones. Porque no todos los días puede uno ver a un grupo que en otra situación llenaría estadios de fútbol, en un lugar donde caben 200 personas. Así, cerca, íntimo, donde los conciertos se sienten casi como privados.

Hay quienes repiten casi de forma anual, como Jorge Drexler, Marlango, Coque Malla o Iván Ferreiro. Algo tiene el Náutico que engancha y te recomiendo que veas este documental que cuenta su historia y todo lo que significa este proyecto para Miguel de la Cierva y los artistas que por allí desfilan.

Y justamente desde el Náutico parten las pasarelas de madera de Pedras Negras, recorriendo una costa agreste, salpicada de pequeñas calas y enormes rocas. Una delicia para cualquier viajero y un imprescindible que ver en O Grove. Aquí puedes ver el recorrido completo.

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