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El fuego simboliza, por un lado, el renacimiento y la renovación por parte de las fuerzas divinas y de la naturaleza, pero, por otro lado, el fuego tiene también un aspecto destructivo, representado por el fuego del infierno, que tiene la función diabólica de arder eternamente sin excluirse, no permitiendo así la regeneración
El fuego también se utiliza a menudo en los ritos de paso como símbolo de purificación en las culturas agrarias, representa los fuegos de los campos que luego se adornan con un manto verde de naturaleza viva. El fuego es el motor de la regeneración periódica
En los rituales de iniciación de la muerte y el renacimiento, el fuego se asocia con su principio antagónico, que es el agua. La purificación por el fuego es complementaria a la purificación por el agua, que también es regeneradora. Pero el fuego se distingue de él en que simboliza la purificación mediante la comprensión a su forma más espiritual, mediante la luz y la verdad.
Algunas cremaciones rituales tienen su origen en el significado del fuego como vehículo, como mensajero entre el mundo de los vivos y el de los muertos.
El fuego también tiene un simbolismo sexual universalmente vinculado a la primera técnica de obtención de fuego por fricción, en un movimiento de ida y vuelta, imagen del acto sexual. El fuego obtenido por fricción se considera el resultado de una unión sexual.
Símbolos de Fuego

La Queimada
La Queimada su origen se remonta a las antiguas prácticas celtas que llegaron a Galicia hace más de 2000 años. Según la leyenda, la queimada fue creada por los druidas para ahuyentar a los malos espíritus y proteger a la comunidad de las fuerzas del mal.
Los celtas, conocidos por su misticismo y rituales relacionados con la naturaleza y el fuego, introdujeron muchas prácticas que han perdurado en la cultura gallega. Entre estas, el uso del fuego como elemento purificador y protector es una de las más destacadas.

La Alquimia
El símbolo de alquimia de fuego es un simple triángulo apuntando hacia arriba. En alquimia, el fuego simboliza emociones «ardientes» como el amor, la ira, el odio y la pasión. Dado que apunta hacia arriba, también representa un aumento de energía.
Su fuerza alquímica produce la transformación que permite trascender lo viejo y obsoleto, movernos hacia nuevos estados que nos permiten dejar atrás las inercias que nos atrapan en patrones de comportamiento inconscientes.
Su enorme poder de sanación reside en la capacidad de transmutación y activación de la fuerza creadora lo nuevo.

El Ave Fénix
El ave Fénix, se consumía por acción del fuego cada 500 años, pero luego resurgía de sus propias cenizas.
Cuando le llegaba la hora de morir, hacía un nido de especias y hierbas aromáticas, ponía un único huevo, que empollaba durante tres días, y al tercer día ardía.
Según el mito, poseía varios dones, como la virtud de que sus lágrimas fueran curativas. El ave Fénix también tiene el poder de transformarse en un pájaro de fuego, y es del tamaño de un águila.

Sol de siete rayos
Los siete rayos son siete canales de luz a través de los cuales fluye todo lo que existe se dice que en realidad no existe nada en el sistema solar, cualquiera sea su grado de evolución, que no pertenezca ni haya pertenecido a uno de los siete rayos.
Los siete rayos o llamas son correspondientes a cada día de la semana y están a cargo de un arcángel protector del rayo. El primer rayo azul corresponde al domingo; el segundo rayo, amarillo dorado, corresponde al lunes; el tercer rayo rosa, corresponde al martes; el cuarto rayo blanco, corresponde al miércoles; el quinto rayo verde, corresponde al jueves; el sexto rayo oro-rubí (naranja), corresponde al viernes; por último, el séptimo rayo violeta, corresponde al sábado.
Salamandra

Uno de los mitos más extendidos es el de la relación entre la salamandra y el fuego. Según Aristóteles, la salamandra estaba asociada al fuego y era capaz de sofocarlo cuando caminaba sobre él, creencia que fue posteriormente recogida por Plinio el Viejo, que aparte de las cualidades apaga fuegos de las salamandras, tenían propiedades venenosas, ya que, según él, sólo con que una salamandra diera una vuelta a un árbol era capaz de envenenar su fruto y al que lo consumía.
Leonardo da Vinci afirmaba que no poseía órganos digestivos, y solamente adquiría alimento del fuego, el cual renovaba constantemente su piel escamosa.