top of page

Artículos

Es en el siglo IX, cuando se fragua el descubrimiento de la tumba del Apóstol y toda su leyenda de la peregrinación.
Pero todas las leyendas anclan sus raíces en elementos anteriores. En este caso sería con la cultura celta, 3000 años antes. El Tir na Nog, sería la “Tierra de la Eterna Juventud” en la que todos sus habitantes eran jóvenes y por ello nadie podía morir. Una tierra en los confines del mundo conocido que ellos situaban frente a las costas gallegas de Finisterre (“Final de la Tierra”). El lugar donde terminaba el mundo de los vivos frente a las puertas de la isla del Más Allá.
2000 años antes, los Romanos, lo llamaban «Mare externum», esta civilización y otros pueblos anteriores a ellos consideraban que Finisterre suponía el fin del mundo conocido, por eso peregrinaban allí para ver morir al sol todos los días, y renacer al día siguiente.
500 años antes, Prisciliano, Obispo de Ávila, y ejecutado en Tréveris, su cuerpo es llevado a hombros a lo largo de la Galia y la Hispania, recorriendo "casualmente" un itinerario que con el paso de los siglos se convertirá en la ruta jacobea, el hoy popular Camino de Santiago. Prisciliano fue inhumado en su tierra natal, Iria Flavia. Muy posiblemente sus restos mortales pasarían siglos después a la cripta de la catedral de Compostela bajo el velo protector de la leyenda de Santiago Apóstol.

Articulos
00:00 / 01:26
bottom of page