El pecio, datado entre los siglos XI y XIII, supone la primera prueba material del transporte de caminantes hacia Compostela
La ría de Ribadeo es un enclave de extraordinario valor histórico y cultural y al tiempo una caja de sorpresas que se abre con cada prospección arqueológica. Se sabe que frente al puerto ribadense se hallan los restos del galeón San Giacomo, hundido en 1597 y único en el mundo por su estado de conservación; también están localizados una veintena de cañones, 17 de ellos en la franja asturiana (durante un tiempo se especuló que podrían pertenecer a los buques de la Armada Invencible, hundidos en 1719), y en el año 2020 se halló una jarra massaliota de unos 2.600 años de antigüedad perteneciente a la cultura griega, que constituye el objeto más antiguo localizado en el ámbito náutico en todo el entorno peninsular. A ello se acaba de sumar un nuevo descubrimiento: la primera prueba material del transporte de peregrinos hacia Compostela.
Este verano, durante una nueva campaña arqueológica que impulsan la Xunta y universidades con el apoyo y colaboración, entre otros, del Institute of Nautical Archaeology de Texas, para estudiar y valorar el estado del galeón San Giacomo, se descubrieron otros dos pecios que estaban sin catalogar. Las pruebas del carbono 14 realizadas a la madera de uno de ellos lo datan entre los siglos XI y XIII. Por las características de la embarcación, de madera de fondo plano, con escaso francobordo (la altura del costado) y la documentación que acredita que en el año 1.260 había lanchas de pasaje que usarían los peregrinos que se dirigían a Compostela para cruzar la ría ribadense y entrar en Galicia desde Asturias, hacen concluir que se trata de una de estas barcas.
La Xunta habla de un "hallazgo excepcional, que permite por primera vez vincular el mito jacobeo a un elemento material de transporte utilizado en la peregrinación a Compostela".
Los restos descubiertos son una pieza longitudinal de madera labrada en forma de L, incrustada en el sedimento. Del estudio realizado se concluyó que se trata del costado y el pantoque —la parte inferior, casi plana del casco— de la embarcación. Su construcción se data entre los años 1050 y 1260. De este último año hay documentación histórica que acredita que se hizo una donación para, entre otros fines, establecer un barquero en Ribadeo que diese paso gratuito en la ría.
La pieza hallada fue tallada con herramientas metálicas y mide 727 centímetros de longitud, siendo el brazo vertical de 20 centímetros en el exterior y de 19,5 la parte inferior del brazo de la L. El espesor de la madera oscila entre 6,3 y 5,6 centímetros. Las esquinas son curvas. La embarcación estaría compuesta al menos por otra pieza simétrica que cerraría el vaso y podría terminar en una sección cuadrada, abierta, para facilitar el embarque de la carga, animales o pasajeros.
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