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(F.s. IV-456)

Entramos en el siglo V, y después de los romanos, llegan los suevos, que serán los primeros Reyes de Galicia tras un acuerdo de los propios suevos con el emperador romano Honorio, y es así como se establece el Reino de Galicia y el primer Estado de Europa.

Requiario en el año 448, ascendió al trono del reino suevo en la Gallaecia a la muerte de su padre, el rey Requila.

Su alianza inicial con los visigodos, para fortalecer su posición, abrió las puertas a la influencia goda en el reino, que se acrecentó al casarse Requiario con la hija del rey visigodo Teodorico I y su renuncia a la religión pagana, abrazando el catolicismo. Requiario era el primer rey católico de un reino germánico surgido de las invasiones del siglo V.​ Fue el primer rey europeo cristiano en acuñar moneda con su propio nombre. Tanto su conversión al catolicismo como la emisión de moneda propia se pueden enmarcar en su ambición de crear un reino suevo que abarcase toda la Península. ​

Sin embargo, las perturbaciones en el seno del propio Imperio romano, con la muerte de Aecio y los sucesivos emperadores, a cual más inestable, abrieron un vacío de poder en la Península que Requiario quiso aprovechar. Rompiendo el acuerdo con el Imperio, en 456 Requiario pretendió extender su dominio por toda la Península, invadiendo la Cartaginense. Cuando el conde Fronto, representante del emperador Avito y Teodorico II, federado del Imperio, le instaron a que respetase el tratado, Requiario no sólo no se retiró, sino que invadió la Tarraconense, provincia que siempre había sido imperial. Pero los visigodos, sus anteriores aliados, no consentirían el fortalecimiento del reino suevo en la provincia y al mando de Teodorico II, penetraron en la península como federados del Imperio, a principios de otoño, con un gran ejército en el que había tropas auxiliares de burgundios. El viernes, 5 de octubre, ambos ejércitos se enfrentaron en la batalla del río Órbigo, a orillas del Órbigo, que se saldó con la victoria de los visigodos. Requiario huyó y se refugió en Oporto, pero al final fue capturado y posteriormente ejecutado.

A su muerte, los visigodos invadieron la Gallaecia y la Lusitania. En ese momento, se produjo la muerte del emperador romano Avito, candidato de Teodorico II, por lo que tuvo que partir hacia las Galias con parte de sus legiones, saqueando y masacrando a su paso a la población de Palencia y Astorga. Dejó el mando del territorio conquistado a Agiulfo, en Mérida. Todo parecía indicar el fin del reino suevo, y así llegó a indicarlo Idacio en su Crónica. Pero se reorganizaron en torno a Maldras, que controlaba la región bracarense y Framtán, que hacía lo mismo con la lucense. Agiulfo trató de proclamarse rey de los suevos, traicionando a Teodorico II, y proporcionando la supervivencia del reino suevo hasta 585. Cometió tal cantidad de desmanes que provocaron la sublevación de la población hispanorromana y de los suevos, siendo asesinado. Entonces, entre los suevos se formaron dos bandos principales a favor de Framtán y Maldras por la sucesión de Requiario y se inició una confusa y cruenta guerra civil.

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