La ciudad de Lugo se considera el asentamiento urbano más antiguo de Galicia. Se levantó sobre un antiguo castro galaico y su origen fue un campamento militar creado para luchar en las Guerras Cántabras. Fue fundada por Paulo Fabio Máximo en nombre del emperador Augusto, en el año 13 a. C. con el nombre de LUCUS AUGUSTI.
Tras la finalización de las Guerras Cántabras (25-19 a.C.), entre los años quince y trece antes de Cristo, el legado imperial Paulo Fabio Máximo fundó la ciudad de Lucus Augusti, en nombre del emperador de Roma, Augusto. Lucus Augusti fue la capital de uno de los conventos jurídicos que constituían la provincia de Gallaecia junto con Asturica Augusta (Astorga) y Bracara Augusta (Braga). Su importancia vino marcada por las minas de oro de la provincia, que fueron una fuente inagotable para mantener las arcas de Imperio Romano. La inestabilidad política de finales del siglo III d.C., y ante la pujanza de las tribus germánicas, propició la construcción de una muralla de 2.226 m. que rodeaba la ciudad. El derrumbe del Imperio romano facilitó la creación en la Gallaecia del reino de los suevos, uno de los primeros reinos en la Península Ibérica tras la dominación romana.
La leyenda dice que fue construida para proteger el Bosque Sagrado de Augusto (en latín se diría Lucus Augusti), aunque actualmente no existen referencias a dicho bosque.
Tras el paso de los suevos por la ciudad, en el año 714 sería tomada por Musa Ben Nusayr. Lugo permaneció bajo el dominio musulmán solo 26 años, pero el resultado fue devastador. La ciudad quedó arrasada y deshabitada. Alfonso I sería el responsable de la orden de repoblar Lugo.
Lugo crecería lentamente durante la Edad Media y sería escenario de todo tipo de conflictos. En 1528 sería nombrada por el emperador Carlos I capital del Reino de Galicia. Pero el fuerte empuje que ya había cobrado Santiago de Compostela provocaría un declive del que no comenzó a recuperarse hasta el siglo XVIII, momento en el que se realizarían algunas obras de importancia en la ciudad.
En 1837 se realizó la construcción del llamado Reducto Cristina se construyó un baluarte defensivo para la ubicación de artillería entre la puerta del Obispo Aguirre y la torre de A Mosqueira. Se realizó por motivo de las Guerras Carlistas partidarios de Carlos María Isidro de Borbón llamado Carlos V y sus descendientes, y los liberales, partidarios de Isabel II de España conocida por la Reina Castiza. Esta construcción fue bautizada como reducto de María Cristina en honor a la reina Regente, María Cristina de Borbón, madre de Isabel II de España.
La razón de que la muralla de Lugo haya llegado prácticamente intacta hasta nuestros días se puede descubrir en cuanto la contemplamos en primera persona. Es una muralla increíble por su espesor, que en sus puntos más estrechos sobrepasa los 4 metros de ancho, y en los más recios alcanza los 7.
Una muralla, sencillamente, infranqueable y que durante siglos ha encerrado con sus más de dos kilómetros de recorrido a la ciudad de Lugo. Más de dos kilómetros en los que se mantienen hasta diez puertas, si bien hay que decir que solo cinco son de tiempos de los romanos, mientras que las otras fueron abiertas en años posteriores, atendiendo a las necesidades de los ciudadanos.
A lo largo de todo su recorrido se construyeron hasta 85 torreones, alguno de los cuales se eleva 12 metros sobre el suelo.
Pero todavía hay otra forma de admirar la muralla de Lugo. Es posible recorrer el paseo de ronda que circula por su parte superior. Durante ese paseo, literalmente, vamos pisando una joya de la Antigüedad, al mismo tiempo que contemplamos desde las alturas el casco antiguo que encierra en su interior y la ciudad moderna que se ha desarrollado fuera de ella.
Cuando estés ante la muralla de Lugo, o como hemos dicho sobre ellas recorriendo el paseo de ronda, es cuando apreciarás toda la grandeza de la obra. Y también será cuando comprendas porque este monumento gallego está hermanado ni más ni menos que con la Gran Muralla China.
Y otro dato interesante es que, para una obra tan impresionante, ubicada en los mismos confines del Imperio romano se contó con los diseños de uno de los más grandes ingenieros de todos los tiempos. Fue el mítico Vitrubio, aquel estudioso romano que inspiró algunas de las genialidades que siglos después hizo el gran Leonardo da Vinci.