Los habitantes de Coruña y Vigo dan fe, que el océano les permitió baños en noviembre, cosa que a veces resulta imposible en el sur en pleno agosto. La consecuencia, de esta temperatura, se relacionan con un único fenómeno que los expertos denominan afloramiento.
El afloramiento es un fenómeno de dinámicas o mareas oceánicas. Se produce en primavera y en verano, cuando los vientos del norte barren mar adentro el agua de la superficie de las rías, agua de temperatura agradable (es un decir). A la par, aguas más profundas y, obviamente, más frías, sustituyen a las anteriores. Pero esas aguas también son más ricas en nutrientes.
¿Por qué sucede esto entre mayo y septiembre? Porque entonces predomina la situación anticiclónica y, así, los vientos del norte ponen en movimiento ese ciclo de renovación de aguas, en el que afloran las más profundas y las de superficie se alejan mar adentro.
En efecto, la ría actúa de receptáculo idóneo para esos nutrientes que llegan desde el fondo oceánico. Así se explica su condición de inmejorable hábitat para el cultivo del mejillón y del marisco. De hecho, las miles de bateas gallegas suponen una producción de mejillón que representa más de una quinta parte de lo consumido en todo el mundo.
EL AFLORAMIENTO EN GALICIA
Las Rías Baixas son zonas especialmente productivas de la que se extraen anualmente importantes cantidades de pescado y marisco debido a la presencia de afloramiento estacional. Es por ello por lo que interesa tener una estimación de este, pues nos da una indicación de la biomasa que puede producirse anualmente, así como planificar la explotación de los recursos costeros.
En la costa Atlántica de Galicia, el afloramiento se produce de forma predominante durante la época estival, cuando el viento sopla del norte. Tal y como se ha descrito, este fenómeno permite situar nuevos nutrientes en las capas superficiales y por tanto con más luz, fertilizando las aguas. Cuando el viento sopla del sur, frecuentemente en otoño e invierno, arrastra la capa superficial hacia el noreste y el transporte de Ekman generado produce un apilamiento de agua oceánica contra la costa y favorece el hundimiento de aguas superficiales. Este proceso tiende a retener las aguas costeras en su zona interior y dentro de las rías, disminuyendo las posibilidades de fertilización.
Debido al cambio de orientación de la línea de costa, la plataforma cantábrica está afectada por el afloramiento cuando el viento sopla del este, mientras que los predominantes vientos del oeste generan en esta costa episodios de hundimiento.
¿POR QUÉ GALICIA TIENE EL MEJOR MARISCO DEL MUNDO?
Todos hemos oído hablar de las bondades del marisco gallego. Pero ¿por qué tiene ese sabor a mar tan intenso? ¿Por qué se da en Galicia mejor que en ningún otro lugar del mundo? Esta fama del marisco gallego se explica a partir de dos razones fundamentales: la primera es la calidad de las aguas gallegas que se caracterizan por una riqueza inigualable. La segunda razón es la temperatura del agua, especialmente fría, que ofrece las condiciones idóneas para que el marisco prospere.
El responsable de esta riqueza de nutrientes y esta baja temperatura es el UPWELLING o afloramiento costero, un fenómeno que se da en la costa oeste de los continentes debido a la rotación de la tierra (efecto Coriolis) y a los vientos dominantes. En Galicia esos vientos dominantes son el famoso viento del nordeste, “o nordés”, que se da con mayor intensidad en los meses de verano, de marzo a octubre. El efecto Coriolis (rotación terrestre), ayudado por el viento del nordeste, arrastra el agua superficial (más caliente y baja en nutrientes) mar adentro, hacia el océano. El lugar que ocupaba es rápidamente rellenado por agua proveniente de las profundidades del océano, más fría y rica en sales nutrientes (nitratos, fosfatos y silicatos). Este afloramiento es notorio en Galicia, penetrando en las Rías Gallegas, fertilizando sus aguas y produciendo el descenso de temperatura del agua que se observa en el mes de agosto. De esta manera se provoca una explosión de vida en los meses con “R”, de la que se benefician moluscos como el mejillón, las almejas o berberechos, así como crustáceos, como la centolla o la nécora.
