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La mar, bravía, indómita, rompe con furia sus olas sobre el pequeño faro de la Punta de Roncudo, la fuerza del magnético Atlántico muestra aquí toda su inmensidad, su energía sin límites, su libertad abrumadora. Algo inexplicable, me atrae hacia su magia, con una fuerza profundamente irresistible, telúrica, enérgica, consciente de que me encuentro en un lugar único, en los confines del mundo.

Este Océano a veces bello y dulce, a veces intratable y duro, pero siempre indomable y libre, ha tallado con la calma de los siglos esta abrupta costa en la que nos encontramos. La Costa da Morte, en las mágicas y enigmáticas tierras gallegas, cargadas de mitos y leyendas, de historia y de historias, pero también de tragedias. Una leyenda, cuenta que las rías gallegas se formaron en el momento en que Dios creo el mundo y paró a descansar al séptimo día, entonces, apoyó sus manos en Galicia y formó las rías. Las viejas historias desgajadas durante siglos al amor de la lumbre sitúan en estos parajes salvajes la mítica y seductora Atlántida, la ciudad sumergida en el océano, que atrae irremediablemente a muchos de nosotros.

La Costa da Morte comienza en este punto de Punta Roncudo, nombre que deriva del sonido ronco que hace la mar al romper contra los acantilados.

A escasos metros del lugar más peligroso del mundo para los marineros el mar hizo una piscina. Para que se bañaran. Es circular, profunda y la arena del fondo es fina y clara. El agua se muestra turquesa, y las lapas, las anémonas, los mejillones y los percebes se pueden ver.

Puede que te encuentres en este paraje natural sin nadie alrededor. El acceso es difícil, no apto para sandalias, cangrejeras, pantuflas ni chanclas. Piedras ásperas y estrechas, perfiladas por golpes de mar pero que te obligan a hacer equilibrio con los brazos. No hay ni piedras llanas para dejar la toalla. Son unos pocos metros desde el faro, en la punta que lleva el mismo nombre, pero es muy recomendable ir con calzado de montaña apropiado. Recuerda que estás en la tierra del percebe, aquí nada se obtiene sin un esfuerzo previo.

Es uno de los pocos pozos de Galicia que han sido creados por el mar. Solamente se puede disfrutar de el en marea baja y cuando el mar está tranquilo. Una delicia disfrutar del lugar.

La piscina natural que forma el Atlántico en Punta do Roncudo es de esos lugares que sorprenden por su ubicación y por su belleza. Situada a los pies del Faro y rodeada al completo de rocas, la poza es circular y de gran profundidad, un escenario que el mar ha creado de forma natural y caprichosa, al que los locales acuden para darse un baño con sumo cuidado en las refrescantes aguas del océano.

Prepara tu cámara y grábalo todo porque lo que guarda Punta Roncudo es pura magia, la demostración de que el paraíso sí existe.

Eso sí, recuerda que sólo puedes contemplar este espectáculo y lanzarte a la piscina cuando la marea está baja.

Es el tramo de costa más agreste de Corme, donde se obtienen los mejores percebes del mundo. El nombre le viene del "ronquido" que produce el fuerte oleaje al golpear los acantilados y rocas de la zona.

Como se dice en gallego Es el marisco más fácil de preparar. Tanto es así, que en gallego la "receta" se puede resumir en una línea: “Auga a ferver, percebes botar, auga a ferver, percebes sacar” y esa es la clave, una cocción de apenas un minuto en agua salada.

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