Es la gran desconocida de las RÃas Bajas, a pesar de contar con un entorno natural y un patrimonio cultural de los más bonitos e importantes de Galicia
Entre las rÃas de Corcubión y Arousa se ubica la tranquila RÃa de Muros Noia (o RÃa da Estrela). Su situación en el centro de la fachada atlántica gallega la convierte en un escenario de suave transición entre la abrupta Costa da Morte, al norte, y las turÃsticas RÃas Baixas, al sur. Desde la Playa de Ancoradoiro (Muros) hasta la de Espiñaredo (Porto do Son), la comarca de 400 kilómetros cuadrados, dominada por el gran estuario que forma la desembocadura del rÃo Tambre, de gran valor ecológico y paisajÃstico.
Las aguas del Tambre son las que originan en su confluencia con el mar, un hábitat en el que se desarrollan los bivalvos, las almejas y los berberechos, que son el motor económico de los pueblos que la circundan.
Entre los pueblos a destacar se encuentran los que dan nombre a la rÃa: Muros, fue fundado detrás del monte Louro como un pueblo marinero escondido de la vista de piratas y corsarios; Noya, villa medieval por excelencia; otros pueblos son Puerto del Son y PortosÃn.
La rÃa de Muros y Noia es uno de los indiscutibles referentes entre las diferentes rÃas de la provincia. Su espÃritu marinero nos invade y sus relativamente pausadas aguas nos devuelven una sensación de tranquilidad que contrasta con los salvajes oleajes tÃpicos de la región de la Costa da Morte.
Dice la leyenda que Noia fue fundada por Noé, que escogerÃa el nombre en honor a su hija Noela. El valiente capitán bÃblico de un arca que conservarÃa a miles de especies animales frente al diluvio universal que se habrÃa estancado en una montaña concretamente en el monte Aro tras su travesÃa, identificados con el bÃblico Ararat.
AsÃ, los descendientes de Noé y su hijo Jafet se instalarÃan en una amplia zona geográfica comprendida entre el mar Negro y la penÃnsula ibérica. Tras aquel mÃtico viaje a través de las tempestades, desembarcarÃan en un punto de la costa gallega identificado hoy en dÃa con la RÃa de Muros y Noia. Concretamente, según la leyenda, la familia se instalarÃa en un lugar actualmente conocido como A Barquiña y allà mismo el propio Noé, plantarÃa las primeras vides.
Cierto o no, el mito se alimenta con el escudo de nuestra localidad, que incluye un dibujo de una nave muy similar a un arca, navegando sobre el mar. Una paloma con una rama de olivo en su pico completa la imagen, correspondiéndose con el episodio del texto bÃblico en el que se relata que, tras esta señal divina, la maldición habÃa terminado y por tanto podrÃan por fin atracar en tierra firme tras la difÃcil travesÃa. La tradición, por tanto, impulsó este escudo de armas que puede observarse en algunos de nuestros edificios como el de la casa consistorial.