Dicen los gallegos que, cuando Dios descansó tras la creación, apoyó sus dedos sobre la tierra y creó las rías gallegas.
La ría de Arousa es la mayor de las rías de Galicia. Forma parte de las rías Bajas y está situada entre la ría de Muros y Noya al norte y la ría de Pontevedra al sur. Las penínsulas del Barbanza y del Salnés delimitan sus costas por el norte y el sur, respectivamente.
La ría entra 26 kilómetros tierra adentro, tiene una anchura que oscila entre los 3 y los 15 kilómetros y una profundidad de 70 metros.
Tiene numerosas islas e islotes entre las que destacan la isla de Arosa, La Toja, Sálvora en la bocana y Cortegada en la cabecera. Los ríos principales que desembocan a ella son el río Ulla en su cabecera y el río Umia en la ensenada que forma la península de El Grove con la costa de Cambados. En su zona ocurrió la tragedia del vapor Santa Isabel.
Las poblaciones ribereñas más importantes son Riveira, Puebla del Caramiñal, Boiro y Rianjo por el norte y Villagarcía de Arosa, Villanueva de Arosa, Cambados y El Grove por el sur, y Arosa en la isla homónima.
Su silueta es sinuosa, con un litoral recortado y en su interior cobija no sólo islas, islotes o rocas sino cientos de bateas, construcciones flotantes de madera de eucalipto y hormigón, donde se cultivan mejillones, vieiras y ostras. El cultivo de los frutos del mar viene de lejos. Ya en tiempos romanos, existían las salgadoiras, que pervivieron con los monjes en los monasterios medievales. Se trataba, en esencia, de salar los pescados como merluza, caballa o sardina para su conservación. Unos métodos que se cambiaron en el siglo XIX con el empuje de industriales catalanes que pusieron en pie el imperio conservero gallego. De tiempos de los romanos también pervive el disfrute de las aguas termales, que tiene, hoy en día, en A Toxa, uno de los hitos balnearios españoles.
Con la Edad Media, todo el culto al cuerpo desapareció por culpa de la Iglesia Católica y no es hasta el siglo XIX cuando el cura de la localidad de Dodro llevó a su burro moribundo a que muriera en la isla. Al cabo del tiempo, volvió el cura y no sólo encontró vivo al burro sino con excelente salud, al rebozarse en los fangos. Ahí comenzó el interés balneario por la isla que doscientos años después aún sigue.
La mitología cristiana tiene, también, en Arousa uno de sus hitos. Y es que, según el Códice Calixtino del siglo XII, el apóstol Santiago, tras ser martirizado en Jerusalén el año 44, llegó en barca a la ría y sus restos remontaron el río Ulla, en una barca de piedra, hasta alcanzar la ciudad romana de Iria Flavia. La gran piedra en la que varó la embarcación dio origen al actual Padrón y el cuerpo de Santiago originó el nacimiento de otra importante urbe, Santiago de Compostela. Y desde la ría hasta Compostela existe una vía del camino de Santiago, la ruta marítimo-fluvial del mar de Arousa y el río Ulla.
La naturaleza, como hemos visto, es protagonista absoluta de la ría. Un espacio que se abre, en el norte, con la maravilla del parque natural de las dunas de Corrubedo y finaliza, al otro lado, con la inmensa playa de A Lanzada.