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Para hacer frente a la pandemia nació el doctor de la peste negra, los cuales eran médicos especializados en atender a los infectados por esta enfermedad. Estos doctores eran contratados por los pueblos, y atendían a ciudadanos de todas las clases sociales: tanto ricos como pobres. Cuando no había doctores suficientes, se contrataba personas de otras profesiones para que ayudaran a los infectados. Teniendo en cuenta el riesgo de esta tarea, era muy difícil encontrar personas dispuestas a hacer el trabajo, muchos de ellos morían y otros huían. Cuidaban de los enfermos, se deshacían de los cadáveres, hacían autopsias, y llevaban un listado en el registro público de las muertes causadas por la peste.

En la Europa, los médicos que atendían a las víctimas de la peste llevaban un atuendo que desde entonces ha adquirido connotaciones siniestras: se tapaban de pies a cabeza y llevaban una máscara picuda.

El uniforme se le suele atribuir Charles de Lorme, un facultativo que atendió las necesidades médicas de muchos miembros de la realeza europea

El atuendo incluía un abrigo cubierto de cera aromática, los calzones metidos en las botas, la camisa metida en el pantalón y un sombrero y unos guantes hechos de cuero de cabra.

Los médicos de la peste negra llevaban una vara con la que podían tocar a (o defenderse de) las víctimas.

El sombrero era particularmente inusual: los médicos de la peste negra llevaban anteojos y una máscara con una nariz de «15 centímetros, en forma de pico de ave, llena de perfume y con solo dos agujeros, uno a cada lado de las fosas nasales, pero que era suficiente para respirar y transportar en el aire que se respira la impresión de las [hierbas] colocadas en la punta del pico.

Los médicos de la peste llenaban las máscaras con triaca una confección farmacéutica de más de 55 hierbas y otros componentes como carne de víbora en polvo, canela, mirra y miel.

De Lorme pensaba que la forma picuda de la máscara daría al aire el tiempo suficiente para impregnarse de las hierbas protectoras antes de llegar a las fosas nasales y los pulmones de los médicos de la peste negra.

En Italia el «médico de la peste» se convirtió en un personaje básico de las celebraciones carnavalescas y sigue siendo un disfraz popular en la actualidad.

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