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Un tesoro de 4.000 años de edad

Uno de los mayores tesoros jamás encontrados en Europa, oculto durante 4.000 años en Caldas de Reis

Algunos de los más legendarios tesoros de la historia de la Humanidad jamás han sido encontrados: El Santo Grial, la tumba de Nefertiti y la de Cleopatra, el Tesoro de los Templarios o la ciudad perdida de Paititi son algunos de ellos.

Mientras, otros han sido hallados por pura casualidad: la Tumba de Tutankamón, la Piedra Rosetta, los Manuscritos del Mar Muerto o la Venus de Milo han sido algunos de los grandes tesoros descubiertos por pura suerte. Uno de los mayores de la Edad de Bronce descubiertos en toda Europa fue encontrado en Galicia, y su hallazgo también fue completamente casual, mientras se adecentaba un terreno para plantar viñedos. Esta es la

extraordinaria historia de un descubrimiento que se convirtió en uno de los mayores tesoros de la prehistoria jamás encontrados en Europa: El Tesoro de Caldas, 27 kilogramos de oro puro.

Caldas de Reis es un municipio perteneciente a la provincia de Pontevedra con una gran historia detrás. Llamado así porque fue el lugar de nacimiento, en el año 1105, del Rey Alfonso VII “El Emperador”, un hecho de tal relevancia que conllevó el cambio de nombre de la ciudad en honor de tan importante personaje.

Fue aquí, en Caldas, cuando en diciembre de 1940 en un lugar conocido como “As Silgadas”, un grupo de personas trabajaba haciendo agujeros en la tierra para postes de piedra, necesarios para el viñedo que se iba a plantar.

Una de estas personas introdujo una barra de hierro en el suelo y cuando la sacó observó una lámina dorada. Volvió a introducir la barra y al retirarla salió un aro dorado de grandes dimensiones. Avisó a sus compañeros y procedieron a retirar la tierra cuidadosamente.

A unos 20 centímetros de la superficie se encontraron con una serie de objetos que se encontraban directamente enterrados en el suelo. Los objetos tenían un peso total de unos 27 kilogramos y estaban realizados en oro de una pureza extraordinaria. Habían descubierto uno de los mayores tesoros de la Edad de Bronce de toda Europa.

Pero, tras varios años de Guerra Civil, eran tiempos de carencias, así que decidieron que lo mejor era vender el tesoro en el mercado negro y no dar parte a las autoridades. Posiblemente ignoraban que por ley les correspondía legalmente la mitad de lo encontrado, aunque fuera en un terreno ajeno. Nadie les habría quitado su tesoro, pero el miedo y quizá la ignorancia, los llevó a tomar una decisión que cambiaría para siempre sus vidas.

Así que llegaron a un acuerdo para repartirse el botín en partes iguales, ocultar el descubrimiento y comenzar a vender las piezas clandestinamente.

Pero a los pocos meses, a la Guardia Civil le llegaron algunos rumores que circulaban por la ciudad. Al parecer había personas que iban diciendo por las tabernas que en sus casas bebían con vasos de oro, levantando las sospechas de las autoridades que acabarían por descubrir el ocultamiento, deteniendo a todos los implicados y a los intermediarios que les habían ayudado a vender parte del tesoro.

En junio de 1941 se recuperaba lo que aún quedaba del tesoro, 14 kilos y 900 gramos. El día 21 de ese mismo mes se depositó en el Banco de España en Pontevedra.

Las piezas recuperadas demostraban que los artesanos que las habían fabricado lo habían hecho con los pesos y medidas del estándar fenicio, el predominante en aquella época, por lo que fueron elaboradas para el mercado internacional. Aunque posiblemente nunca sabremos por qué se enterraron estos objetos ni por qué nunca se recuperaron.

Además, según los estudios realizados, el oro que lo compone es de gran pureza, lo que implica que es oro recogido en ríos. Se estima que, para conseguir tal cantidad de oro, hicieron falta casi veinte personas durante todo un año bateando las arenas de los ríos en busca del preciado metal, lo que representa, además de una acumulación de oro excepcional, una ingente cantidad de recursos, tiempo y mano de obra.

En la actualidad, en una vitrina del Museo de Pontevedra podemos admirar un conjunto de oro puro compuesto por tres vasos, un peine, 28 anillas macizas, 3 barras y 6 fragmentos laminados. 14,9 kilos con valor material, con valor simbólico y con valor histórico, que conforman uno de los mayores tesoros conocidos de la Prehistoria jamás descubiertos en Europa: el Tesoro de Caldas.

Los expertos siguen sin explicarse cómo es posible que, en la Edad de Bronce, hace casi 4.000 años, una pequeña y aislada comunidad del noroeste de la Península Ibérica, que vivían casi incomunicados del resto del mundo, tuvieran artesanos capaces de trabajar de manera tan rentada y extraordinaria el oro. La respuesta es fácil: Eran gallegos. Y seguimos siendo extraordinarios.


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