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Torrijas de pan brioche

  • Medio litro de leche

  • Un cuarto de litro de nata líquida

  • 110 g de azúcar

  • Una astilla de canela

  • Un trozo de piel de limón o naranja

  • 4 bollos suizos o de leche

  • 1 pizca de harina

  • 2 huevos batidos

  • Aceite de oliva o girasol para freír

  • Azúcar moreno Canela molida

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En un cazo al fuego colocamos la leche, la nata y el azúcar. Además, deslizamos la piel de cítrico y la astilla de canela, arrimando a fuego suave, hasta que surjan los primeros hervores, momento en el que retiraremos la leche y la nata del fuego. Lo dejamos enfriar.

Mientras tanto, preparamos los bollos para el remojo. Con ayuda de un cuchillo afilado, los cortamos a lo largo en dos, de forma que cuando estén en el baño de leche, absorban mucho mejor la preparación y se inflen adecuadamente. Colocamos los bollos en una fuente amplia con el suficiente espacio. A través de un colador vertemos la leche y la nata sobre los suizos y dejamos que se empapen por lo menos durante 10 minutos, dándoles vuelta cuidadosamente. Ojo porque se vuelven muy quebradizos.

Una vez empapadas, con cuidado de no romperlas, manejándolas con atención, las pasamos ligeramente por harina y por el huevo batido. En una sartén con abundante aceite caliente, las freímos despacio, de forma que queden bien tostadas y con el corazón cremoso y caliente. Las escurrimos y las depositamos unos segundos sobre una hoja de papel absorbente.

Para comerlas las espolvoreamos con azúcar moreno y con la ayuda de un soplete de cocina las quemamos.

Repetimos el proceso, para que quede una buena capa de caramelo. 

Es mejor disfrutarlas calientes o mejor aún, tibias.

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